En la Biblia, el perdón cristiano implica tanto perdonar a otros como recibir el perdón de Dios. Es un acto de amor, misericordia y gracia, que libera al individuo del resentimiento y le permite restaurar relaciones. Se basa en el ejemplo de Jesús, quien enseñó a perdonar continuamente y a buscar el perdón divino al mismo tiempo que se perdona a los demás.